Hay solo 25 perros en el mundo que son capaces de detectar el cloro y flúor del agua potable, entre ellos se encuentra la tierna y hábil Suki. Se trata de una perra de 5 años de la raza alemana Deutsch Drahthaar y que ‘trabaja’ en Aguas Andinas desde el 2023.
Suki se convirtió en la primera can en Chile con la capacidad de ayudar a detectar fugas de aguas. En solo seis meses, la compañía logró entrenarla para disminuir el desperdicio de agua, evitando 1.050 fugas desde entonces. ¡Pero no te asustes!, está adiestrada de forma que el contacto con las sustancias no le cause daños.
Esta innovadora y curiosa técnica fue adoptada desde el año pasado por la compañía, así que Suki es pionera y hasta hace poco, única en el país. Y aunque la medida se importó desde el exterior, el proyecto agarró fuerza con todo y se espera que su implementación siga en aumento.
Suki y su importante labor en Aguas Andinas
Y es que Suki es más que una mascota, significa un tremendo aporte para ayudar a reparar cañerías rotas y arreglar este tipo de emergencias. La forma en que da aviso de la irregularidad es inclinándose sobre sus patas en el punto exacto en donde se haya la fuga, señalando que ahí hay un problema.
Luego de excavar por más de una hora, los funcionarios logran dar con la fuga y en forma de premio por su trabajo, se le da una pelota a Suki. «Ese es su juego, su clímax del trabajo es recibir su premio y jugar un par de minutos después de hacer su detección», explicó su instructor Sebastián Magnere.
El nuevo ayudante y amigo de Suki: Jota
Tras ver el éxito de la medida, Aguas Andinas decidió unir a otra can con las capacidades de detectar cañerías rotas. Desde diciembre, se unió a esta labor Jota, un macho de su misma raza. En marzo comenzaron a trabajar juntos en esta labor.
La metodología con que entrenan a estos inteligentes canes es el cognitivo-emocional, dando resultados casi asegurados. esto, ya que se trabajan no solo con las habilidades de esta raza, sino también con las emociones del perro.
Suki y Jota viven juntos con su entrenador en Colina y se llevan de lo mejor. Cuando llegan de su extensa jornada laboral salvando al país de las fugas de agua, juegan juntos en el patio. «En verano, se lanzan a la piscina, y en invierno, suelen tomar el sol», comentó Magnere.
Pese a que resulte difícil de creer, estos animales tienen hábitos y horarios bien definidos y también saben cuándo se terminó la jornada de trabajo en la empresa de agua potable. «Al llegar a casa se relajan como cualquier persona», sentenció su instructor.