Durante la jornada de ayer, Gonzalo Valenzuela impactó al entregar detalles de la compleja enfermedad que tiene su hijo Silvestre.
Esto ocurrió durante un live en el que participó junto a la neuróloga Keryma Acevedo. Cabe destacar que esto ocurrió en el marco de una campaña de la Liga de la Epilepsia llamada «La Actuación de tu Vida».
«Yo tengo un hijo con epilepsia y la gente que no lo ha vivido, y no lo sabe, también tiene que tener conciencia. Silvestre tiene 15 años, a los doce le vino la primera crisis y fue una experiencia bien traumática, yo no sabía, no tenía idea y me tocó vivirlo con él, estaba solo con él, desde ese día cambió mi vida y la de mi hijo», partió señalando Gonzalo Valenzuela según consignó Chilevisión.
Posteriormente, relató como fue el momento el que supo de la condición que padece su hijo.
«Fue súper fuerte. Yo estaba acá, en mi casa, y mis hijos me pidieron dormir en mi cama. Cuando me fui a acostar, desperté con unos golpes y no entendía qué estaba pasando. Silvestre estaba en un estado irreconocible. Se me paralizó el cuerpo, lo agarré en brazos para que su hermano no despertara», agregó el reconocido actor.
El difícil momento que enfrentó Gonzalo Valenzuela tras la primera crisis de su hijo
«Pensé que se me había muerto en un minuto, estaba pálido, con los labios morados. Estuvo inconsciente mucho rato después del ataque», expresó el actor.
Ante esto, Gonzalo Valenzuela no lo dudó y llevó a su hijo de urgencia a Reñaca, donde posteriormente fue derivado a Santiago.
«Fueron cuatro días de espera muy angustiantes, de los resultados, empieza uno a descubrir un mundo nuevo. La incertidumbre es un lugar muy complejo de habitar», explicó.
«Es súper traumático, es terrible, pero después ya sabiendo, teniendo claridad de que lo que tiene, de cómo tratarlo, ya es otro cuento, es una anécdota, pasó, ya está todo bien», añadió Gonzalo Valenzuela.
Finalmente, sobre la situación actual de su hijo, el actor mencionó: «Estamos a la espera, su último ataque fue hace un año, arriba de un avión, imagínate… Pero ahora ya sé que no hay que asustarse, hay que acompañar».