10 Abr, 2023. 18:06 hrs

¡El muyayo arrancó!: auditor se fue al sur y llamó a la Tenchita para volver con su expareja

Un radioactivero se comunicó con la abuelita Hortensia para arreglar la cosa con su expareja, con quien no tuvo un buen último encuentro.


Por Equipo RadioActiva.cl
Tencha
RadioActiva

Fue en el Show de la Tencha nuestro viejita rica recibió el llamado de un auditor que pescó su pilchas y se mandó a cambiar a ni más ni menos que a Concepción. 

El nombre del muyayo era Esteban a quien le dio la lesera con su señora y se fue al sur. Aunque en un acto de arrepentimiento el hombre se comunicó con la abuelita Hortensia para llamar a su ahora expareja, Vanesa. 

Escucha el audio completo a continuación:

En un ejercicio de reacciones divididas recogidas por los fieles radioactiveros y radioactiveras, finalmente nuestra viejita rica decidió llamar a la expareja de Esteban, junto a quien vivió un complejo último encuentro que incluyó violencia. 

No obstante, pese a los múltiples intentos de hablar con Vanesa, no pudieron contactarse con ella. En ese instante, la abuelita Hortensia le pidió al muyayo que le dedicara unas palabras a su expareja a través del aire de RadioActiva.

«Solo quería decir que la amo, que me perdone y que lo piense, si me deja volver…», expresó el auditor quien fue interrumpido por la reina de la 92.5, quien cuestionó una contradicción en las palabras de Esteban, porque Vanesa quería volver con él pero no estaba completamente segura.

Esteban aseguró que el último encuentro violento fue una excepción. Y además, que este llevó a cabo porque había mucha rabia acumulada, que había sido provocado por una distancia entre él y Vanesa.

«Es que yo trabajo mucho, soy trabajólico, la estaba dejando mucho de lado. No le estaba tomando la atención que se merece», afirmó el auditor, quien insistió en volver a llamar a la chiquilla que no contestó.

Además, Esteban recibió las sabias palabras de la Tencha Salvaje. Ahí la abuelita Hortensia le pidió que no tomara el camino de la violencia ni de las agresiones, porque uno «no sabe donde va terminar». 


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