Daniel Fuenzalida y el trabajo para niños TEA sin recursos: «Ese es mi sueño final»
La equinoterapia es uno de los distintos acompañamientos de la condición, y el ex Huevito quiere apoyar en ese sentido.
El Trastorno del Espectro Austista es una condición del Neurodesarrollo de la que cada vez se sabe más. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños tiene esta condición. Por otra parte, en nuestro país no hay un catastro oficial del espectro. Actualmente solo existe un acercamiento en la Región Metropolitana del año 2021, donde la prevalencia es de 1 de cada 51 niños.
En ese contexto, nuestro querido Daniel Fuenzalida quiere aportar su granito de arena en apoyar en el acompañamiento de los niños con esta condición, mediante la equinoterapia. Este tipo de terapias y otras más, según testimonios de las mismas familias, representan una gran inversión de dinero mensual. Esto sumado a las listas de espera con distintos profesionales en el sector público.
El sueño y la gran acción del Huevito
«Siempre me han gustado mucho los caballos y desde niño tenía este sueño, pero lo veía como algo inalcanzable», declaró Daniel Fuenzalida en una reciente entrevista según rescató ADN.
Esta pasión de nuestro querido ex Huevito inició en el año 2006, cuando adquirió un terreno en la comuna de Curacaví. «Después fui construyendo, pero hace un par de años empecé a ver la opción de tener (un poni) porque también siempre fue un sueño tener un poni», continuó relatando.
Además, reveló una historia personal que lo hizo acercarse más a la realidad de las personas con TEA. Esta comenzó tras conocer una pareja hace cinco años, con quienes mantiene una cercana relacion. Tanto que lo hicieron padrino de su hijo.
«El Ian, mi ahijado. Él tiene TEA y la mamá lo lleva a equinoterapia. Así fui conociendo eso y lo asocié a que a mí me gustan mucho los caballos y los ponis», expresó nuestro querido Daniel Fuenzalida.
Así fue como el ex Huevito se entusiasmoi cada vez más con los ponis y llegó a comprar cuatro. Tres hembras y una cría de ellas. Esto significó una gran inversión, pero fue sueño, al igual que trabajar con niños TEA; él quiere abrir una parcela y trabajar con niños TEA sin recursos, para que puedan acceder a los acompañamientos de equinoterapia.
«Que les hagan terapia con los ponis y también que pudieran ir niños a conocer los ponis. Ese es mi sueño final», explicó Daniel Fuenzalida sobre su gran iniciativa.