En el ámbito popular siempre se ha dicho que las mujeres con más buenas para el cahuín que los hombres. Sin embargo, la ciencia lo comprobó y dictaminó que los hombres son más chismosos que las mujeres.
Así lo confirmó la firma estadounidense Onepoll, quién por medio de un estudio revelo importantes datos. La investigación se realizó entre 5000 personas y permitió demostrar que mientras que los hombres dedican 76 minutos del día a «cahuinear» con sus compañeros de trabajo, las mujeres sólo le destinan 52.
Además, según publicó Onepoll, el 31% de los encuestados dijo que les da más alegría compartir rumores con sus amigos que tener sexo.
Un vocero de la empresa en cuestión señaló que «pese a que las conversaciones son sobre temas diferentes, tanto hombres como mujeres coinciden en que chusmear con sus compañeros de trabajo los hace sentir parte del grupo».
¿Cuáles son los temas que chismosean por género?
Si está pensando en que es lo que más cahuinean los hombres, aquí le daremos algunas pistas: Borracheras de amigos, noticias, compañeras del colegio/universidad/trabajo, la mujer más sexy del trabajo, rumores varios, promociones y ascensos, sexo salario, el jefe.
Mientras que las mujeres eligen los siguientes temas para el chisme: Otras mujeres, noticias, problemas de pareja, las vida amorosa de otras personas, sexo, que alguien subió de peso, comedias, series o películas, los novios y maridos de otras mujeres, la suegra y famosos.
Chismes son buenos para la salud
Andar con cahuines de un lado para otro tendría su lado positivo: una investigación estadounidense concluye que ser chismoso e indiscreto es bueno para la salud, ya que ayuda contra el mal ánimo, favorece la amistad y hace circular información importante.
Luego de 18 meses de estudio, expertos de las universidades de Wisconsin y Nueva York determinaron que entre el 20% y 65% de las conversaciones diarias contienen chismes, que ayudan al ánimo y la comunicación.
Según el informe -publicado en la revista «Human Nature»-, los hombres suelen ser más indiscretos que las mujeres, pues serían más egocéntricos. Los expertos estiman que conversaciones informales sobre el comportamiento de otros, en muchos casos ayudan a explicar cómo actuar en relaciones interpersonales.
De hecho, se pone en funcionamiento un antiguo proceso de intercomunicación, equivalente al que existe entre los monos cuando se rascan o buscan piojos entre ellos como forma de entablar vínculos.