Este domingo llega el esperado 31 de octubre, donde gran parte de las personas en el mundo celebra la «Noche de brujas» o «Halloween» para los más agringados.
Por si usted no lo sabía, Halloween, es la contracción de All Hallow’s Eve (Víspera de Todos los Santos) también conocido como Noche de Brujas. Se trata de una fiesta de origen pagano que se celebra el 31 de octubre y cuyas raíces provienen de un antiguo festival celta de hace más de 3.000 años conocido como Samhain («Fin del verano» en irlandés antiguo).
Según la historia, los celtas, impulsores de esta celebración, usaban máscara para huir de los fantasmas. Seguían esta tradición, motivados por el miedo a los espíritus y a la oscuridad.
La costumbre de disfrazarse para Halloween tiene raíces celtas, más bien anglosajonas. Las noches de invierno de hace cientos de años representaban una amenaza a la gente. Su oscuridad le provocaba mucho miedo porque creían que en la noche de Todos los Santos, los muertos cobraban vida y se convertían en fantasmas, en momias, en brujas, etc. La gente también pensaba que se los encontraría por las calles si salían de sus casas.
Como no todos podían permitirse quedar cerrados en casa toda la noche, los que salían creían que disfrazándose no serían reconocidos por los fantasmas. ¿Y qué hacían? Pues usaba máscaras, capuchas, con el propósito de despistar a los fantasmas en su búsqueda de espíritus.
Sin embargo, esta no es la razón por la que en Chile el 31 de octubre es un feriado. De hecho, no tiene nada que ver con Halloweeen.
¿Cuál es la verdadera razón por la que tenemos este feriado?
Cada 31 de octubre en Chile se conmemora el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes festividad que cada año es celebrada por sus integrantes. Y que fue impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet para honrar a las iglesias evangélicas y protestantes del país.
La fecha escogida corresponde al día en que el monje alemán Martín Lutero clavó en la iglesia del palacio de Wittenberg las 95 tesis, lo que inició la Reforma protestante en 1517.
Esta iniciativa no estuvo exenta de problemas. Se criticó el importante gasto para el país que tendría un nuevo feriado legal. Sin embargo, algunos legisladores destacaron el rol social de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, así como el porcentaje significativo de sus fieles.
Actualmente, solo en Latinoamérica hay más de 150 millones de personas que pertenecen a distintas corrientes del protestantismo, siendo Brasil el país que ostenta la mayor cantidad. El movimiento evangélico es tal vez la corriente más predominante del protestantismo.