Varias eran las chiquillas que quedaron con el corazón roto al ver a Bad Bunny caminando en la alfombra de los premios Billboard de la mano de su enamorada. Lo cierto es que la chiquilla es más que su conquista, ambos llevan más de 3 años de relación, solo que han preferido mantenerlo en privado.
¿Quién es la afortunada? Se trata de Gabriela Berlingeri, modelo, influencer y diseñadora, quién en diciembre de este año cumplirá 28 años. Durante todo este tiempo ha mantenido un perfil bastante discreto, es que no es fácil ser la novia de uno de los artistas urbanos más famosos del último tiempo.
¿Cómo nació el amor?
Bad Bunny conoció a Gabriela en un restaurante, donde estaba con su familia, luego de un concierto de Zion y Lennox. Su relación se mantuvo en el más absoluto secreto. Y sólo fue hasta comienzos del 2020, con la publicación de una foto, donde disfrutaban juntos de un juego de Los Lakers, que se evidenció su relación.
Durante la pandemia, que pasaron juntos en Puerto Rico, el músico, que fue portada de Rolling Stone, habló por primera vez de Gabriela. «Estoy feliz con ella. La gente no sabe que ella me ha ayudado mucho en el aspecto emocional cuando más lo he necesitado».
Gabriela también ha estado vinculada al trabajo de Bad Bunny, sin ir más lejos el año pasado fue parte del video musical «En casita». Y tomó la foto de portada de Rolling Stone, consintió al artista y compartió muchas selfies de su vida cotidiana con él.
Rumores de quiebre
Atrás quedaron los rumores de quiebre entre Bad Bunny y Gabriela Berlingeri, que surgieron luego de la presentación de Bad Bunny en Saturday Night Live, en febrero de este año. Donde el puertorriqueño interpretó con Rosalía La noche de anoche. Dicen que durante su actuación estuvieron a punto de darse un beso, lo que según indicaron las malas lenguas, habría desatado una crisis entre ‘el conejo malo’ y su novia.
En agosto, a Gabriela se le vio luciendo un anillo con un diamante, y dos meses después, al intérprete de Si tu novio te deja sola, lo vieron en Los Ángeles usando una argolla. Al ser interrogado acerca del cambio de su estado civil, no sólo dijo que no, sino que además, le tiene temor al matrimonio.