Durante la mañana de este lunes, se confirmó el fallecimiento del ex sacerdote Fernando Karadima, quién murió en horas de la madrugada, a sus 90 años.
Cabe recordar que Karadima fue acusado y expulsado del ministerio, por el Papa Francisco en 2018, luego de que ser acusado de abuso sexual reiterado.
Por otra parte, hay que destacar que hace algún tiempo el ex guía presentó problemas de salud, que lo llevaron a ingresar a la Red de Salud UC Christus, debido a «una agudización de su condición coronaria de base», informó ADN.
AHORA | A los 90 años falleció el expulsado sacerdote Fernando Karadimahttps://t.co/69watlKGNn pic.twitter.com/oNs9RdOxvA
— Radio ADN (@adnradiochile) July 26, 2021
Su caso marcó la historia
Sin lugar a duda, la historia de Fernando Karadima es uno de los más emblemáticos de la Iglesia Católica nacional, esto debido a que fue condenado por el papa Francisco respecto a estos hechos.
En el año 2010, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo hicieron la denuncia pública por primera vez en los medios de comunicación. Cada uno relató los horribles sucesos que habían vivido con Karadima en la parroquia El Bosque, de Providencia.
Lamentablemente la justicia chilena determinó que los delitos habían prescrito, aunque los hechos fueron acreditados.
De todas formas, el hecho motivó a una investigación canónica, que lo declaró culpable. Por esta razón fue condenado a la prohibición de ejercer el sacerdocio y retirarse a «una vida de oración y penitencia».
Claramente, esta condena no fue aceptada por las víctimas, quiénes siguieron insistiendo en busca de justicia.
Los tres afectados demandaron al Arzobispado de Santiago, en busca de una sanción civil. Con ello, las víctimas ganaron una indemnización de $441 millones.
Dichas decisiones no dejaron contentas a las víctimas, quienes siguieron insistiendo en buscar justicia y demandaron al Arzobispado de Santiago para buscar una sanción civil. Finalmente, se determinó una indemnización de $441 millones que no fue apelada por la iglesia.
Finalmente, Francisco determinó expulsar a Karadima del sacerdocio, aumentando el castigo en su contra.
Durante sus últimos días el sacerdote vivía alejado de la vida mediática.