El 21 de marzo se celebra del Día Mundial del Síndrome de Down. Fue el año 2011 que la Asamblea Asamblea General de las Naciones Unidas lo decretó para generar conciencia sobre esta condición genética.
El objetivo de esta fecha es recordar la dignidad y el valor de estas personas, abogando además por su autonomía. Además de impulsar iniciativas que generen oportunidades para su desarrollo en la sociedad.
Según datos entregados por la ONU, mundialmente 1 de cada 1.100 personas nacen con la alteración del cromosoma 21 que genera la condición de Síndrome de Down.
En Chile las estadísticas se duplican, 2,7 de cada 1000 niños nacen con este síndrome.
Según las cifras de el Segundo Estudio Nacional de Discapacidad, se estima que en Chile viven aproximadamente 29.250 personas con Síndrome de Down.
Es por esto que se ha vuelto cada vez más urgente generar leyes que garanticen y aseguren la inclusión.
Entre ellas destacan la ley 20.422 que establece igualdad de oportunidades para todas las personas en territorio chileno y la Ley 21.015 que obliga en las empresas con más de 100 empleados a contratar a un 1% de personal con discapacidad.
Especialistas en el desarrollo cognitivo, apuntan a educar a la población sobre el hecho de que las personas con Síndrome de Down no son especiales si no que son sujetos de derecho.
Además aseguran que no es una enfermedad sino una condición, y las personas que lo tienen no son eternamente niños, si no que pueden ser adultos funcionales y totalmente independientes en la medida que se les integre en la sociedad.
Calcetines de colores diferentes
Cada vez se ha vuelto más común que para conmemorar el Día Internacional del Síndrome de Down se usen calcetines de colores disparejos.
Esta iniciativa la creó en el 2018 Chloe Lennon, una niña británica de 5 años que invitó a sus compañeros de jardín a vestir calcetines distintos para conmemorar el día.
Los calcetines distintos hacen referencia la diferencia en la cantidad de cromosomas de las personas con Síndrome de Down.