En el sexo cualquier forma de expresarse sirve ya que todos lo viven de una manera distinta. Así que si gruñes, gimes, gritas o no haces ruido, tranqui que estpa todo bien.
Ya sea teniendo sexo con otro o por ti mismo, a veces puedes sentirte muy avergonzada de los sonidos mientras tienes relaciones. O que simplemente no hayan sonidos en absoluto.
Por eso expertos en el área han explicado por qué algunos gimen y otros no, además de la razón de por qué desatar tus sonidos sexuales puede ser clave para tener mejor sexo.
¿La razón de los gemidos?
En acciones cotidianas, como ir al baño, estirarte después de una rutina de deporte matadora o incluso al sacarte esos incomodos zapatos, es inevitable soltar un suspiro, grito o gemido de alivio. «Hace sonidos es una forma natural y casi automático de liberar frustración o satisfacción», dijo Jill McDevitt, experto en CalExotics. O sea, el hacer sonidos teniendo sexo a veces es porque se siente bien.
También otra posible razón de gemir en el sexo podría ser como comunicación. Según McDevitt, «el gemir te permite guiar a tu pareja en la dirección correcta sin usar palabras como ‘oh si, más de eso’».
Por otro lado, hay otras investigaciones que sugieren que los sonidos sexuales no son para satisfacerte a ti mismo, sino que para otro. Según un estudio en parejas heterosexuales de Archives of Sexual Behavior, las mujeres gimen más fuerte justo antes de que sus parejas lleguen al clímas. La investigación concluye que eso indica que al menos algunas ‘actúan’ el gemido, para ayudar a sus parejas a llegar al orgasmo.
¿Esto es bueno o malo? Pues depende, ya que un 1/3 de mujeres en ese estudio dice actuar los gemidos porque se sienten incómodas o porque están aburridas del sexo, lo que no es una buena señal. Sería mejor comunicarse con su pareja para lograr que tener relaciones sea placentero para ambos.
McDevitt recomienda que dejes de ‘actuar’ los gemidos si lo haces. Porque si sigues, tu pareja pensará que tus gritos serán de placer por lo que lo que hace estaría bien, cuando en realidad, no te da satisfacción alguna.
Pero tampoco considera malo ‘actuarlo’ si es que ayuda a que tu pareja se sienta bien y TÚ también sientas placer en hacerlo.
¿Por qué otros no gimen para nada?
Hay que aclarar que gemir no siempre significa mejor sexo. McDevitt dice que algunos «son naturalmente tranquilas en el sexo, incluso si es que tienen el mejor sexo de sus vidas».
Si eres naturalmente así, no sientas vergüenza y no pienses que tienes menos placer por ello.
Además, tampoco los gemidos son la única forma de comunicarse durante el sexo. El contacto visual, el uso de las manos para guiar, hablar o suspirar puede ser igual o más de instructivo que un grito o gemido, según McDevitt.
Sin embargo, hay otras personas que simplemente no gimen o lo suavizan por verguenza. La doctora Jess O’Reilly, del podcast ‘Sex With Dr. Jess’, señala que esto tiene sus razones.
A veces puede ser porque te acostumbraste a callar tus gemidos después de años masturbándote en una casa con gente o también puede ser porque piensas que ‘debes ser silenciosa’ en la cama.
Y esto puede afectar en tu respiración. «El aguantar la respiración o alterar lo que entra y sale de tu boca, puede impactar tu flujo sanguíneo y oxigenación, lo que puede impedir una respuesta orgásmica», explica O’Reilly. O sea puede que no dejes que el flujo sanguíneo llegue a tus genitales, que es esencial para tu excitación (permite que tu vagina se lubrique).
Lo peor, gemir o no gemir porque sientes que debes hacerlo así
Cuando comienzas a no tener gran placer en la cama, por guardarte los gemidos o fingirlos, ahí hay un problema. Y gran parte del problema viene del porno, porque ciertamente muchos piensan que se deben comportar así durante el sexo en la vida real.
«Mucha gente ve porno e imitan los sonidos en su vida sexual, pensando que así deben sonar», explica O’Reilly. Pero el porno es para entretener y no para enseñarte cómo debes actuar teniendo sexo.
En resumen, no hay un ‘sonido correcto’. Mientras sea auténtico, no hay nada malo, según O’Reilly, «si censuras tus sonidos o los actúas, o dedicas energía en mantenerte quieta en la cama, tu placer y orgasmo se verán afectados».
Para encontrar tu ‘sonido auténtico’ aquí hay algunos tips:
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Escucha los sonidos sexuales de otros
Piensa que los gemidos que conoces son solo de las personas que has tenido sexo, tu vecino o de un video porno. O sea, puedes escuchar los variados gemidos de las personas, porque todos son distintos.
Incluso hay una ‘Biblioteca de sonidos de orgasmo’, que son sonidos de relaciones sexuales reales, que ha subido gente anónimamente. Puedes escucharlos aquí.
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Mastúrbate
O’Reilly recomienda tocarse a uno mismo para averiguar qué sonidos o gemidos suenan naturales para ti y que no se sientan ‘aprendidos de lo que has visto’. «Respira, gime, gruñe y no ajustes tus sonidos para que parezcan femeninos o masculinos, solo déjalos fluir», aconseja.
Si te haces la costumbre de tus sonidos, podrás acostumbrarte a ellos y no tenerles vergüenza si tienes sexo con alguien.
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Pon música
Si verdaderamente no te gusta oírte, sea masturbándote o con otro, puedes poner música de fondo, que ayuden en el ambiente, aconseja O’Reilly. (The Weeknd por ejemplo).
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Enfócate en tu respiración
Si no te sientes cómoda con los sonidos y eres más del bando del silencio, puedes solo enfocarte en tu respiración, que es distinto a gemir. Eso no significa que los suspiros suenen placenteros. McDevitt señala que la respiración pesada es un gran afrodisíaco.
Hay una experta, Barbara Carrellas, que habla del respiro erótico, paso a paso, en su libro Urban Tantra: Sacred Sex For Twenty-First Century.
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Habla con tu pareja
Si sientes que aparentas ser quieta o ser ruidosa cuando tienes relaciones, mejor es comunicárselo a la otra persona, para que ambos puedan trabajar en tener sexo satisfactorio para ambos.
McDevitt indica que puedes pedirle que te exprese cuánto le gustan tus sonidos, o asegurarle al otro que no porque estés callada, significa que no estás disfrutando al máximo.
En conclusión, lo importante es hacer lo que nace de ti en ese momento, ya sea estar quieta o gemir, gruñir o gritar en el sexo. Déjate ir.
«Después de todo, dejarte ir es lo esencial para orgasmos devastadores», concluye O’Reilly.
¿Estás de acuerdo?