Hace un año, un mensaje de Sebastián Piñera generó una fuerte controversia en pleno inicio del estallido social. “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, el Metro, los supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible”.
El Mostrador dio cuenta durante este miércoles de nuevos antecedentes sobre a un informe que el Jefe de Estado recibió horas antes de decir aquellas palabras, entregado por el propio ministro de Defensa de ese entonces, Alberto Espina.
El documento, elaborado por la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE), entidad que durante la época estuvo a cargo del general Guillermo Paiva, consignaba una supuesta “ofensiva insurreccional para Chile” por parte de las inteligencias de Venezuela y Cuba. De hecho, el informe señalaba que el Servicio Boliviariano de Inteligencia Nacional (Sebin), que sería una célula del G2 —inteligencia cubana—, “había logrado introducir en Chile ‘un batallón de 600 agentes clandestinos, expertos en guerrilla urbana’, para llevar a cabo operaciones de insurrección en el país”, indica el artículo.
De hecho, el informe dice sobre el Sebin que “contarían para sus operaciones al interior de Chile con un batallón de 600 agentes clandestinos, expertos en guerrilla urbana, quienes ingresaron a Chile como refugiados, muchos de ellos formados en escuelas subversivas cubanas como Punto Cero”.
Además, el documento identificaba a Pedro Carvajalino, jefe de un grupo llamado “Zurda Konducta”, calificado como organización chavista gubernamental. Sin embargo, el sujeto era un youtuber seguidor de Nicolás Maduro y la supuesta organización “Zurda Conducta” en realidad era un programa de TV.