Katy Perry se encuentra en un momento inmejorable de su vida: está en la recta final de su embarazo y a punto de lanzar su nuevo disco titulado «Smile». Sin embargo, hay un tema turbio en el expediente de la californiana sobre el que no se había manifestado hasta ahora: las acusaciones de acoso sexual en su contra.
Hace justo un año, en agosto de 2019, el actor y modelo Josh Kloss sorprendió en internet al acusar a la cantante de acoso. El hombre había trabajado con la artista como protagonista del videoclip «Teenage Dream», uno de los más icónicos de su carrera, y parece que las cosas no fueron tan idílicas como cabía esperar.
Kloss relató algunos episodios desagradables en compañía de Perry y la acusó de acoso sexual constante ya que, según su versión, la cantante quería mantener relaciones íntimas con él a pesar de su negativa.
El modelo relató que las represalias fueron duras y que la californiana llegó a degradarlo públicamente bajándole los pantalones en una fiesta delante de todo el equipo de rodaje del videoclip. Además, la describió como una diva maleducada e insolente, y aseguró que no había hablado antes porque el entorno de la cantante controlaba todas y cada una de sus declaraciones.
A esta acusación hay que sumar otra más por el mismo motivo. En este caso, la supuesta víctima es la presentadora rusa Tina Kandelaki quien, motivada por el testimonio de Kloss, quiso hacer pública su desagradable vivencia junto a Perry.
A parecer, la cantante y ella coincidieron en una fiesta en la que la artista había bebido demasiado. Según su versión, Katy la «manoseó» e intentó besarla a pesar de las negativas de la mujer. Hasta este momento la cantante no había hecho referencia a estas dos acusaciones de acoso sexual pero en una reciente entrevista habló de ello por primera vez.
«Vivimos en un mundo en el que nadie puede decir nada», dijo a The Guardian en referencia a este asunto y añadió: «No quiero decir ‘culpable hasta que se demuestre lo contrario’, pero no hay control ni equilibrio: un titular simplemente vuela, ¿verdad? Y no hay ninguna investigación sobre ello».
La cantante estadounidense, que dice preferir «no añadir ruido al ruido, solo verdad», se ha mantenido igualmente cauta al ser requerida para desmentir las acusaciones en su contra bajo la excusa de no comentar todo lo que se dice sobre ella y porque, en su opinión, «es una distracción del auténtico movimiento MeToo».