Al parecer el príncipe Harry y Meghan Markle se cansaron de vivir en una mansión arrendada. La pareja compró una nueva casa a la que se mudaron a finales de julio, dejando así la residencia que los cobijó durante sus primeros meses en Los Ángeles. Una casa a la que no le faltaban las comodidades y todo tipo de lujos, pero que era solo temporal, ya que la intención de los Sussex era tener un hogar propio en el que vivir los próximos años y criar a su hijo Archie.
La nueva mansión está ubicada en Santa Bárbara. Como era de esperar, Meghan y Harry no han escatimado en gastos para lograr su objetivo. La zona escogida es El Montecito, una de las más exclusivas del condado, y donde vive también su amiga Oprah Winfrey. Y según varios medios estadounidenses, pagaron 14,6 millones de dólares por la vivienda.
La gran casa cuenta con 9 habitaciones y 16 baños. Son 1.300 metros cuadrados construidos, distribuidos en dos plantas y sótano. No falta una sala de yoga -muy del gusto de Meghan-, un gimnasio, una sala de cine, además de varios salones, despachos y salas de estar. Además la mansión cuenta con una enorme sala de videojuegos y una bodega en el sótano, ambientada como si se tratara de un pasaje de «Juego de Tronos», consigna Vanitatis.
En el exterior tiene 20.000 metros cuadrados de terreno, donde hay frondosos jardines, varios patios y zonas de estar, un parque de juegos infantiles -perfecto para Archie- y, por supuesto, una enorme piscina que tiene vistas tanto al océano como a la montaña. Tampoco falta una casa de invitados, en la que hay dos dormitorios y dos baños.
