‘No quiero molestar’: la carta de despedida que dejó Ennio Morricone antes de morir
El legendario compositor italiano Ennio Morricone, conocido mundialmente por sus partituras cinematográficas, falleció la madrugada de este lunes
El legendario compositor italiano Ennio Morricone, conocido mundialmente por sus partituras cinematográficas, falleció la madrugada de este lunes, a los 91 años. Morricone, autor de más de 500 bandas sonoras para cine y televisión y ganador de un Oscar honorífico en 2006 y otro en 2016 por la música original de «Los 8 más odiados» de Quentin Tarantino, murió en una clínica de Roma, donde estaba hospitalizado después de una caída que le causó una fractura de fémur.
Enseguida las puertas de la clínica Campus Bio Médico de la capital italiana se llenaron de prensa y el abogado y amigo del compositor, Giorgio Assumma, salió para leer una curiosa carta de despedida de Morricone.
«Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto», empieza la misiva.
El oscarizado compositor explica que solo hay una razón para despedirse de este modo: «no quiero molestar». En ella, un recuerdo «particular» se lo dirige a Peppucio, el director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti: «amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida», sostiene.
También cita a algunos amigos y a sus hermanas, Adriana, Maria y Franca; a sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni; y a sus nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca, recoge La Vanguardia.
Y en último pero especial lugar a su esposa, Maria Travia, con la que compartió su vida desde que se conocieran en 1950. «A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós», termina.
El maestro, como era considerado a nivel mundial, que empezó a tocar la trompeta desde muy joven, un instrumento que ya tocaba su padre, y compuso su primera obra a la tierna edad de seis años, creó su música pensando en las historias y nunca cayó «en el equívoco del cine convertido en una sala de baile».