Sin duda, el hielo revaloriza el sabor de algunos refrescos y aporta el frescor que necesitamos en algunos tragos. Aunque el consumo de cubitos de hielo es habitual durante todo el año, cuando se incrementan las temperaturas este se multiplica. Hay quienes prefieren comprarlo en el supermercado y están los que optan por elaborarlo en casa. Pero ¿qué decisión es la más acertada?
La Organización de Consumidores de España realizó un análisis a más de una veintena de marcas que comercializan hielo en comercios, para conocer sus procesos. Todas la marcas investigadas habían fabricado el hielo con agua blanda (contiene cantidades mínimas de sales y, por tanto, son más idóneas para la fabricación de hielo y la conservación de su sabor original) y con un nivel de pH bastante aceptable. A esto se añade que su gran tamaño –unos 42 mm de lado– y la ausencia de burbujas en su interior los hace más resistentes, es decir aguantan más tiempo sin descongelarse que los caseros.
Los cubitos de hielo domésticos se hacen con agua del grifo, a diferencia de los industriales, los cuales se desmineralizan para restarle dureza y hacerlos más aptos para el consumo. Además, estos se secan con un chorro de aire frío para garantizar que no se peguen en las bolsas. En cambio, los que se hacen en casa no son sometidos a ningún tipo de proceso.
Para hacer mejores hielos en casa hay que prestar especial atención a varios aspectos. El primero, la calidad del agua. Es importante asegurarse de que es potable, pues cuando esta es deficiente puede contener virus, bacterias y patógenos, compuestos orgánicos y sustancias químicas que no eliminan cuando se congelan. Por tanto, no solo constituyen un riesgo para la salud personal, sino que, además, comprometen la calidad del producto.
Lo primero es mantener la higiene de los recipientes, y si se quiere conseguir un hielo en condiciones, es aconsejable usar moldes grandes de silicona. La razón es que permiten desmoldar los cubitos más rápidamente y el proceso es menos agresivo para estos. Tampoco es recomendable usar moldes que se hayan empleado para otros productos. Como tampoco es conveniente colocarlos dentro del congelador junto a carnes y pescados, pues absorberán su sabor, sino en una zona aparte, publica Alimente.
La mayor parte de las veces, el hielo que se hace en casa no se asemeja al que incluyen las bebidas que se sirven en los bares, el cual suele durar más tiempo y no deja las bebidas aguadas. Los entendidos dicen que para conseguir un cubito de hielo macizo, duro, transparente y muy frío es recomendable llenar las cubiteras con agua previamente hervida. La razón es que durante este proceso se elimina el oxígeno y, por tanto, las impurezas derivadas durante el proceso de congelación.
Otro aspecto fundamental es el tiempo. Para crear un buen hielo, hay que tener paciencia o, lo que es lo mismo, dejar que se vaya haciendo a baja potencia. De este modo, el cubito tendrá una composición interna mucho mejor y más resistente.