Uno de los países que ha destacado por su eficiente control de la pandemia del coronavirus es Nueva Zelanda. Su estrategia fue calificada como “la más estricta” del mundo y todo indica que tuvo excelentes resultados.
“Hemos ganado esta batalla”, dijo la primera ministra, Jacinda Ardern a fines de abril para anunciar que el virus había sido “actualmente eliminado”, luego que durante siete días no se detectara ningún nuevo caso de contagio.
El pasado 8 de junio las autoridades levantaron las medidas de confinamiento, excepto las restricciones en las fronteras, convirtiendo a la nación del Pacífico Sur en uno de los primeros países en dar este paso: “Hoy, 75 días después (de declarar el máximo nivel de alerta), estamos listos para la vuelta a la normalidad”, dijo Ardern.
Sin embargo, este martes el país oceánico registró dos nuevos casos de coronavirus, después de casi un mes sin tener ningún infectado. Se trata de dos personas que llegaron desde Reino Unido, según informa CNN.
“Un nuevo caso es algo que esperábamos no obtener, pero también es algo que esperábamos y planeamos”, dijo el ministro de Salud, Ashley Bloomfield.
Según las medidas impuestas por la autoridad nadie puede entrar o salir del país salvo en contadas excepciones, como por ejemplo, personas que deban viajar por razones profesionales o humanitarias. Todo el que llega al territorio está obligado a cumplir una cuarentena de 14 días.
El lunes, Ardern explicó que no había declarado al país libre del virus porque “habrá nuevos casos en el futuro” y lo informado esta semana confirman sus palabras.