Todo parece indicar que el nuevo sospechoso de la desaparición y eventual muerte de Madeleine McCann sería responsable de otro crimen sin resolver. Y es que la justicia de Bélgica reabrió la investigación sobre el asesinato de una adolescente alemana en 1996 por un posible vínculo con Christian Brueckner.
Caroline Titze fue hallada muerta, con el cuerpo mutilado, a los 16 años, en julio de 1996 en la costa belga. La fiscalía de Brujas, al noreste del país, decidió reiniciar la investigación sobre este homicidio, que hasta ahora no tiene un responsable.
«Christian B. no habla por el momento sobre este caso y les pedimos que comprendan que nosotros como sus defensores tampoco hablamos», explicó Friedrich Fülscher, uno de los abogados, a la cadena de televisión alemana n-tv.
La policía alemana anunció el miércoles pasado que estaba investigando a Brueckner, que cumple una condena por tráfico de drogas en la cárcel de Kiel, norte de Alemania, como posible autor de la desaparición de Madeleine MacCann, cuando tenía tres años.
El alemán, condenado en varias ocasiones por violencia sexual a menores, habría entrado en el apartamento de los McCann para robar pero cuando estaba dentro, habría decidido llevarse a la pequeña, según la justicia alemana.
El sospechoso, actualmente de 43 años, ha sido aislado en una celda por razones de seguridad, informó el ministro regional de Justicia del Estado federado de Schleswig-Holstein, Claus Christian Claussen, consigna El Mundo.
La justicia alemana además investiga otra desaparición en 2015 de Inga Gehricke, una niña de cinco años en Alemania, que guarda similitudes con la de Madeleine. Brueckner también fue recientemente vinculado al caso de René Hasse, un niño alemán de seis años que desapareció el 21 de junio de 1996 (hace 24 años y el mismo año que Caroline Titze) mientras pasaba las vacaciones con su madre y la pareja de ésta en Aljezur, en el Algarve portugués y a unos 40 kilómetros de Praia da Luz.