A pesar de que ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde su muerte, Pablo Escobar sigue dando de qué hablar en Colombia y en el resto del mundo.
Tras su muerte a manos de la Policía Nacional de Colombia, el otrora líder del Cártel de Medellín dejó una gran fortuna y varias lujosas propiedades alrededor del mundo.
La más conocida es la Hacienda Nápoles, una lujosa y extensa finca en el departamento de Antioquia, donde el narcotraficante instaló un zoológico privado en el que contaba con una serie de animales y especies exóticas traídas muchas desde el extranjero.
Entre ellos había cuatro hipopótamos que con el correr de los años se han convertido en 80, los que actualmente están poniendo en peligro el ecosistema de la zona.
Así lo determinó un estudio de más de dos años publicado por la Universidad de California, en San Diego (EE.UU.), que pone el aviso de alarma sobre el impacto nocivo que está teniendo esta especie en los ecosistemas acuáticos del municipio de Puerto Triunfo, a cuatro horas al este de Medellín.
“Esta especie única tiene un gran impacto en su ecosistema en su área de distribución nativa en África, y descubrimos que tiene un impacto similar cuando la importas a un continente completamente nuevo con un entorno y un elenco de especies completamente diferentes”, sostiene el Profesor de Ciencias Biológicas de la UC San Diego, Jonathan Shurin.
El académico agrega que el hipopótamo, considerado el mayor animal invasor, tiene un efecto que “podría incluir consecuencias negativas para la calidad del agua y los recursos hídricos al alimentar algas y bacterias dañinas”.
Según el estudio, el material orgánico depositado por estos animales han cambiado la calidad y naturaleza del agua del lugar, alterando la química y el oxígeno de los lagos.
Shurin alerta que hay que tomar medidas urgentes, teniendo en cuenta el crecimiento exponencial de estos animales, los que se han reproducido en un número preocupante las últimas décadas. “Está claro que este efecto podría incluir consecuencias negativas para la calidad del agua y los recursos hídricos al alimentar algas y bacterias dañinas”.
“Es mucho más fácil de abordar cuando hay 80 hipopótamos en lugar de miles”, dice el experto quien reconoce que no sabe a ciencia cierta cómo enfrentar el problema.
La reproducción descontrolada de los hipopótamos de Escobar ha sido tema desde hace tiempo en Colombia. Hace un año la revista Semana ya advertía de este problema.
“Estos animales, tan pesados en su vida adulta, generan mucho pisoteo en la tierra, alteran los suelos y consumen 70 u 80 kilos de pasto al día por cabeza. Son como una podadora”, decía el biólogo Germán Jiménez, del departamento de la Tierra y el Ambiente del Instituto del Agua y el Ambiente en la Universidad Internacional de La Florida.