Sin duda que uno de los números más esperados en Viña era el de Stefan Kramer quien después de dos años regresó a la Quinta con una rutina realizada en el contexto del estallido social.
Casi a la medianoche el comediante apareció mientras se mostraban imágenes en blanco y negro de la ciudad y bromeando con la supuesta suspensión del evento: “Pensé que este festival se suspendía”, fue una de las frases con las abrió los fuegos. De a poco fue trenzando los sucesos del estallido social con personajes del mundo político y deportivo.
Uno de los puntos fuertes de su rutina fue un chiste en torno al fallido museo de cera de Las Condes, en el que el propio Kramer apareció con su frente aumentada. Allí también hizo alusión a Marcelo Ríos y comparó su rostro con el de la estatua de cera y el famoso meme del gato blanco, lo que causó carcajadas en el público de la Quinta Vergara.
Rápidamente fue hilvanando una historia en el que aparecieron caceroleos, conversaciones con gente del barrio alto, la marcha de los chalecos amarillos y diálogos sobre su “cobardía” al no asumir públicamente su apoyo a la movilización social. Hubo personajes que retornaron de su rutina realizada en 2018, como la suegra fumadora.
Poco a poco asomaron los personajes políticos, como Evelyn Matthei arrancando de la prensa, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y los ministros Jaime Mañalich (Salud) y Marcela Cubillos (Educación). También estuvieron presentes el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, y el exministro Francisco Vidal, quienes conforman la dupla opinante de la política en el matinal Bienvenidos.
Sin embargo, el momento más esperado por el público fue la imitación al Presidente Sebastián Piñera. Kramer aludió a diversos episodios del Mandatario, como los cánticos en su contra (“gracias por el homenaje”), su baja aprobación en las encuestas (“tengo 4% de batería y 3% de aprobación”) y la aparición de un repartidor de delivery que le llevó cajas con pizzas que ya habían sido devoradas. “Para que veas lo que se siente”, le dijo el joven repartidor.
Luego vendría el capítulo de su asistencia a la manifestación en Plaza Italia. Realizó su propia versión de “Llueve sobre la ciudad” de Los Bunkers, con un estribillo que cantaba “llego a Plaza Dignidad”. Apoyado con gráficas alusivas a la estatua de Plaza Baquedano y sus alrededores, Kramer hizo una performance de enfrentamientos con lacrimógenas como si se tratara de un partido de tenis. Para ello recurrió a su imitación de Nicolás Massú, con Horacio de la Peña en la narración. También recibió el apoyo de la tía Pikachu, una imitación de Pare-man y la actuación estelar del verdadero Sensual Spiderman y sus movimientos twerk.
Finalizó con la premisa de que “la violencia no va a sanar la herida” de Chile, sino que “tenemos que hacerlo entre todos”. Minutos después, Kramer ya había recibido una ovación del Monstruo y la Gaviota de Plata.
La segunda parte de su rutina constó de recordatorios de su anterior show de 2018, que incluyó chistes con Carabineros y un nuevo setlist a cargo de su personificación como Jorge González, guitarra incluida.
En la parte final de su presentación el comediante no lo hizo solo ya que invitó a su esposa Paloma Soto, con quien realizó un supuesto sketch que suelen presentar en el colegio de sus hijos por la “alianza amarilla”. El matrimonio interpretó temas de Ricardo Arjona, hicieron una parodia de la infidelidad viral en Carabineros con Romeo Santos y cerraron la presentación con la parte final de “Summer Nights” de Grease.
Como era de esperar el chiquillo se fue con la merecida Gaviota de Oro y un esperado triunfo en la Quinta Vergara.
