Por décadas Joaquín “El Chapo” Guzmán fue uno de los hombres más buscados por las autoridades mexicanas y de Estados Unidos. El que por años fue el líder del cartel de Sinaloa, teniendo tanto o incluso más poder que las propias autoridades de su país, finalmente fue capturado (por tercera vez) el 8 de enero de 2016.
Ese día fue trasladado a la cárcel “El Altiplano”, mismo penal del que se había fugado 181 días antes. A cuatro años de ese día, el sitio Latinus reveló imágenes inéditas de su detención, donde se muestra al otrora capo de la droga, despojado de su poder, esposado y olfateado por perros.
En el contenido difundido por el medio mexicano, se muestra a Guzmán siendo identificado como el reo 3870 y sometido a un interrogatorio de más de siete minutos, como si fuera un reo común y corriente.
La primera vez que fue presentado a los medios de comunicación, el narcotraficante se mostró altanero y desafiante. Sin embargo, en las imágenes difundidas recientemente, se ve a un Guzmán que permanece atónito como dando a entender que en ese momento se percata de que pasará el resto de su vida en la cárcel.
En las imágenes se ve el momento en que lo rapan y le cortan el bigote, todo mientras Guzmán tiene una cara como si todo fuera parte de una pesadilla.
Luego de su detención, fue extraditado a Estados Unidos, donde se inició el llamado “Juicio del siglo”, el que lo condenó a cadena perpetua por traficar cocaína por más de 20 años.
Hoy cumple su condena en la prisión federal de máxima seguridad Florence ADMAX de Colorado, la que hace un tiempo describió la cárcel como “la prisión más terrorífica del mundo”, donde pasa 23 horas encerrado en su celda.