Métodos para adelgazar existen muchos, pero definitivamente no todos son efectivos. De hecho, muchos de ellos son una trampa y quienes se someten a ellos terminan por ganar más peso en vez de bajar, que es la meta final.
Uno que sí es efectivo es dormir. Sí, aunque parezca mentira. De acuerdo al doctor Michael Mosley, la clave para conseguir un cuerpo mejor es, tan solo, dormir una hora más todas las noches. La causa es que al dormir poco, el metabolismo puede llegar a cambiar, evitando que el organismo procese los alimentos con eficacia. Pero al sumar una hora más de sueño cada día, el metabolismo no cambiaría y eso podría ayudar a perder peso en pocas semanas.
La doctora Karen Collins, del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, también cree que cuando se alargan las noches normalmente se come más y se hace menos ejercicio.
Además, la doctora Collins apunta a los cambios en los niveles hormonales que son provocados por la falta de sueño. Se trata de una teoría que investigó la Universidad de Toyama, en Japón, en la que se vincula la falta de sueño en los niños con cambios en la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La especialista explicó a Express que «una hormona, el cortisol, regula el metabolismo del azúcar, las proteínas, las grasas, los minerales y el agua. Junto con los niveles más altos de resistencia a la insulina, que también se han detectado en personas privadas de sueño, los cambios en los niveles de cortisol pueden hacer que la pérdida de peso sea mucho más difícil para aquellos que no duermen adecuadamente».
El cuerpo contiene dos hormonas que se encargan de controlar el hambre: la leptina y la grelina. Ambas trabajan juntas, pero mientras la grelina promueve el apetito, la leptina lo anula. En un estudio de la Universidad de Chicago se demostró que las personas que dormían pocas horas cada día tenían estas hormonas alteradas: sus niveles de leptina eran un 18 por ciento más bajos, mientras los de la grelina, que genera el apetito, eran un 28 por ciento más altos.
También se comprobó que se producía una mayor preferencia por alimentos dulces, salados y almidonados, que a la postre también provocan un aumento de peso. Mientras, las personas que dormían más horas de lo normal se comportaban con los niveles completamente alternos: leptina más alta y grelina, más baja, recoge El Confidencial.
Los estudios son concluyentes y los expertos aportan que cuanto mejor es nuestro sueño, mejor es nuestra alimentación. La lucha por perder peso puede tener un aliado inesperado, la cama, y dormir bien. Sencillo, ¿verdad?