Mike Esmond, un hombre de 73 años de Gulf Breeze, una ciudad del noroeste de Florida, en Estados Unidos, supo en el pasado lo que era pasar frío junto a sus tres hijas, y peor aún, en una fecha como Navidad y Año Nuevo.
El frío invierno estadounidense de 1983 lo sorprendió con las cuentas de luz, agua y gas sin pagar. De acuerdo a los registros de Weather Underground, el mes de diciembre de ese año se alcanzaron temperaturas de 10 grados Fahrenheit (-12 ºC), y Esmond, con sus niñas, lo pasó sin electricidad ni calefacción al no poder pagar sus facturas.
Por eso, ahora, cuando recibió la factura del mes y se dio cuenta de que la fecha establecida para cortar los servicios a aquellos clientes que no hubieran pagado era el 26 de diciembre, decidió hacer algo para evitarlo.
A principio de mes, Esmond pidió a las empresas de servicios una lista de todas las cuentas que estaban atrasadas en el pago de sus facturas y corrían el riesgo de que les cortaran el agua o el gas, y abonó 4.600 dólares para que esos hogares no se vieran obligados a pasar unas fiestas como las que pasó él hace 36 años, consigna La Vanguardia.
«Quise hacer algo que pudiera ayudar realmente a la gente durante la Navidad, unas fechas en las que muchas familias tienen que decidir si pagan sus facturas o compran regalos para sus hijos», explicó el hombre.
Para ponerle un broche de oro a su generosa obra, Esmond, que es dueño de un negocio local, envió a estos hogares una tarjeta de Navidad muy especial con la que informó de que su deuda había sido saldada. «Es un honor y un privilegio informarle de que la deuda de su factura ha sido pagada por Gulf Breeze Pools and Spas. Podrá descansar mejor durante estas vacaciones navideñas sabiendo que tiene una factura menos que pagar», dice la carta.
La respuesta de las familias no ha hecho esperar y varias han querido agradecer este gesto de generosidad a través de Facebook. «A veces me desespero con la vida que me golpea desde todos los ángulos y luego hay personas y empresas como ésta que hacen que recupere la fe. Quiero agradecérselo desde lo más profundo de mi corazón, y por mostrarme que hay algo bueno en este amargo y frío mundo», escribió Angela Cascio.
«Por primera vez en mucho tiempo he sido realmente sorprendida por la generosidad de la maravillosa comunidad en la que vivimos», fue la respuesta de Amanda Raasch.