El mensaje de SOS que una niña inglesa encontró en una carta de Navidad hecha en China
Florence Widdicombe, una niña inglesa de 6 años, tiene la costumbre de enviar, con ayuda de sus padres, postales de Navidad cada año
Florence Widdicombe, una peque inglesa de 6 años, tiene la costumbre de enviar, con ayuda de sus padres, postales de Navidad cada año a sus familiares y amigos. Fue mientras preparaba las de este 2019, que se encontró con un extraño mensaje en una de las tarjetas que su padre le había comprado para escribir sus buenos deseos.
Su papá, Ben Widdicombe, fue a Tesco, una de las cadenas más conocidas del Reino Unido, y le compró un paquete con varias tarjetas. Fue en una de estas que hallaron un texto que les llamó la atención. No es que alguien la hubiera firmado y vuelto a colocar en la estantería del supermercado, sino que venía escrita desde la propia fábrica.
El mensaje, escrito en inglés, explicaba que se trataba de un prisionero extranjero que se veía obligado a trabajar en la cárcel china de Qingpu. Además, pedía que se denunciara la situación a las organizaciones de derechos humanos y se contactara con Peter Humphrey, un periodista británico que estuvo encarcelado en esa misma prisión, para hacerle llegar la denuncia.
Ben Widdicombe contactó con Peter Humphrey y éste le confirmó que la denuncia era real. El periodista explicó a The Washington Post que la carta «fue escrita por alguno de mis compañeros de celda que todavía están allí cumpliendo condena», aunque no quiso dar más detalles para que no hubiera represalias contra ellos.
Asegura que es un trabajo que lleva años realizándose en esta cárcel y que al principio era voluntario y servía para que los presos consiguieran ingresos con los que después pudieran comprar sus artículos de primera necesidad en la tienda de la prisión. Sin embargo, en el último año ese trabajo pasó de ser voluntario a obligatorio, consigna El Confidencial.
Tesco, la cadena de supermercados donde se compró la tarjeta, rompió de inmediato su relación con la empresa china Zheijiang Yunguang Printing, que era su proveedora, por violar las políticas laborales de la compañía británica.