El tráfico de personas, armas y drogas, no es el único comercio ilegal que mueve cantidades estratosféricas de dinero. También lo produce la venta clandestina de vida silvestre. Por lo general, animales considerados exóticos, trasladados de país a país en condiciones inadecuadas y crueles, vendidos a coleccionistas, como ingrediente para preparar comida o medicinas tradicionales, o para su exhibición.
De hecho, de acuerdo a los datos de la ONU, esta modalidad delictiva mueve mundialmente más de 20.000 millones de dólares anuales, por lo que es un mercado en expansión, que genera mucho interés.
Prueba de este comercio ilegal es la reciente incautación de 95 tortugas de una especie calificada como «vulnerable» por la UICN, en el aeropuerto de Don Mueang en Bangkok, Tailandia.
En ese lugar fue arrestada una pareja taiwanesa, acusada de tráfico ilegal de animales después de incautarles la importante cantidad de ejemplares de tortuga estrellada de la India (Geochelone elegans), que intentaban sacar del país escondidas dentro de sus maletas y envueltas en plástico.
Lai Tsung-Yung, de 38 años, y su esposa Lu Chiao-Yu, de 37 años, estaban a punto tomar un vuelo de la aerolínea Thai Lion Air con destino a Taipei, cuando fueron descubiertos con el cargamento de tortugas, consigna La Vanguardia.
Las tortugas estrelladas son muy demandas como mascota, pero además, en el sureste asiático la sopa y carne de estos animales es considerada una exquisitez, a lo que se suma la utilización de algunas partes de su cuerpo para la medicina tradicional, pues se cree que traen prosperidad y longevidad.