Jamie Lee Curtis es una de las actrices más reconocidas de Hollywood. Ha sido nominada siete veces a los Globo de Oro (ganando en dos oportunidades) y es la protagonista femenina de su edad con la mayor recaudación mundial del cine, además de los 2.000 millones de dólares que ha recaudado gracias a las 38 películas que ha filmado durante su carrera.
Sin embargo, la actriz de 61 años ha tenido que hacerse un nombre dentro de la industria, ya que ha tenido que luchar contra el peso de ser hija de dos estrellas de Hollywood.
Su madre es Janet Leigh, la protagonista de Psicosis y su padre es Tony Curtis, conocido entre otras cintas como “Some Like It Hot” con Marilyn Monroe.
En entrevista con Infobae, la actriz contó cómo fue su primer acercamiento al cine, teniendo como padres a dos estrellas del séptimo arte. “La primera vez que fui al cine, mi madre me había llevado a ver Oliver. Todavía me acuerdo que estaba sentada con mi madre, Janet Leigh como también me acuerdo el momento en que Oliver Reeds mataba a Shani Wallis”.
A pesar de su éxito en el cine, Lee Curtis reconoce que jamás imaginó que se dedicaría a la actuación y que iba a llegar tan lejos como llegó. “No hay un solo segundo de mi vida que haya podido imaginar lo que después viví”, señaló.
La protagonista de Halloween reconoce que se convirtió en actriz “por accidente” y lo considera un verdadero milagro. “Pero el hecho de haberme convertido en actriz terminó siendo un milagro. Fue un accidente. Por eso, soy la mujer con más suerte que hayas conocido”, señala.
“Yo tendría que haber terminado la universidad sin que mis padres sobornaran a nadie… casi estuve por entrar a la Universidad del Pacífico, solo porque mi madre había sido la persona más famosa que se había graduado de ahí y de alguna forma aceptaron mis malas calificaciones”, agregó.