«Me tomó cinco años aceptar esto»: Protagonista de popular meme habla sobre su fama
Este miércoles muchos se sorprendieron al enterrase de la inesperada visita de András Arató, quien es protagonista del meme “Hide the pain Harold”
Este miércoles muchos se sorprendieron al enterrase de la inesperada visita de András Arató, quien es protagonista del meme “Hide the pain Harold” el que causa bastante gracia por su incómoda sonrisa y expresión facial.
Este señor de 73 años originario de Hungría llegó a Santiago para ser parte de una campaña publicitaria y le llamó la atención el cordial recibimiento que le entregaron los capitalinos y si bien cuenta que en su país son comunes los saludos: “nunca pensé que me sucedería en Sudamérica”, consignó LUN.
Arató saltó a la fama luego que un fotógrafo lo contactara para posar en capturas de publicidad en internet. Desde ese momento su imagen se comenzó a viralizar, ya que “la gente sintió que mi sonrisa no era realmente auténtica, que había una tristeza o dolor escondidos”, detalló en una charla TED que realizó en Kiev este año.
«La gente que me conoce sabe que soy una persona feliz”, pero que le costó cinco años adaptarse a la idea de protagonizar estos “memes” ya que “no puedo hacer nada contra ellos”. “La primera vez que me vi en un meme fue chocante, nadie está familiarizado con que su cara sea usada para bromas”, agregó.
Por otra parte András afirma que esta inesperada fama “fue lo mejor que me pudo suceder, he podido viajar por el mundo conociendo personas contemporáneas”. “Ahora estoy aquí para difundir mi mensaje: que hay que mirar el lado bueno de las cosas”, sentenció.
Antes de convertirse en la figura de los memes de la actualidad, se dedicó a su profesión como ingeniero eléctrico y se desempeñó como vicepresidente de la Sociedad de electricidad de Hungría.
Incluso hubo un periodo en que trabajó como DJ en una radio, poniendo música “antigüa” ligada a la década de los 60, con la llegada de los Beatles y el rock n’ roll.
En la actulaidad esta «celebridad» de Internet vive junto a su esposa en Budapest, y asegura tener una vida bastante común –excepto cuando lo reconocen en las tiendas o en la calle, pero siempre con simpatía y buen humor-.