Roberto Baggio fue uno de los más grandes futbolistas del fútbol italiano. Con la Selección italiana obtuvo el tercer lugar en el Mundial de Italia 1990 y llegó a la final de la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
Además, jugó en algunos de los más grandes clubes de Europa, como AC Milan, Juventus e Inter de Milán. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por una serie de lesiones que dificultó su desempeño a lo largo de los años. Tanto así que en una oportunidad de pidió a su madre que lo matara, luego de su primera operación de rodilla.
En 1985 y poco después de fichar por la Fiorentina, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha, por lo que tuvo que recibir 200 puntos de sutura internos, en una época que la tecnología médica aún no contaba con los recursos de la actualidad.
“En ese momento le pido a mi madre que me mate. Le digo ‘Mamá, si me quieres, mátame’”, dijo el exfutbolista en su participación en el Festival del Deporte organizado por La Gazzetta dello Sport en Trento, donde contó cómo debió vivir con el dolor durante toda su carrera.
Las lesiones fueron una constante a lo largo de la carrera del exfutbolista, lo que lo llevó a refugiarse en el budismo y así encontrar una respuesta.
“Buscaba algo que me hiciera entender que todo dependía de mí. Yo antes culpaba a los demás. Yo era la víctima y los demás eran los responsables de mi sufrimiento. El budismo me ayudó a entender que todo empieza por mí”, reconoció.