Finalmente se cerró el mercado de fichajes y para Neymar no tuvo un final feliz, ya que a pesar de las intensas negociaciones y su intención de abandonar el Paris Saint Germain, el delantero no pudo regresar al FC Barcelona y tendrá que quedarse en el club francés.
Lo que pedía el PSG era 150 millones, más el pase de Ivan Rakitic, Jean-Clair Todibo y la cesión de Ousmane Dembélé. Es decir, más de los 222 millones que en 2017 desembolsó por el brasileño.
Una cifra que todos sabían que el club catalán no iba a pagar. A tal llegó la desesperación de Neymar que incluso ofreció pagar 20 millones de dólares de su propio bolsillo, sin embargo, el PSG le dijo que no, según señala Mundo Deportivo.
Según el medio español, el club francés quería que todo el dinero saliera de las arcas del Barcelona, algo que sabía que iba a ser imposible. Posición que confirma las sospechas que se venían escuchando hace meses: que ni el dueño ni el presidente iban a permitir que Neymar volviese al Barcelona.
Ahora el brasileño deberá resignarse y jugar por el club que hace un par de años lo recibió como la gran estrella, pero que hoy no lo quiere ni la hinchada.