Negzzia es una modelo iraní de 29 años que debió huir de su país debido a unas fotografías en que posó desnuda y que para las autoridades eran calificadas de indecentes y arriesgaba ser castigada a latigazos.
La joven, que debió ocultar su verdadera identidad, viajó a Turquía pensando que ahí iba a tener mejor suerte. Sin embargo, en ese lugar también fue discriminada, según señala Daily Mail.
Aunque en Estambul pudo trabajar un año como modelo, el conservadurismo fue más fuerte: “Me teñí el pelo de rojo y la gente me gritaba por la calle; lo peor eran las mujeres. Una vez, una me mordió por la calle”, dice.
Finalmente huyó a Francia, pero al poco tiempo se dio cuenta de que todos los que se acercaban para ayudarla tenían segundas intenciones ya que la veían como un objeto sexual.
“Un tipo me dijo que me iba a ayudar. Llegó el visado y me llamó diciendo que todo estaba preparado. ‘Ya están los billetes, pero la primera semana quiero alquilar una habitación preciosa enfrente de la Torre Eiffel. Tú y yo, pasando una semana maravillosa juntos’”, dice la joven.
Se negó rotundamente y poco a poco se dio cuenta de que no podía confiar en nadie. Todos de alguna manera querían terminar en la cama con ella. Un tipo la encerró por una semana en una habitación mientras que otro le ofreció trabajo como stripper.
Todo el dinero que había ahorrado en su carrera como modelo se le estaba acabando. Sin recursos ni visa para estar en Francia, terminó durmiendo en las calles de París.
“La primera noche en la calle fue muy dura, pero por dentro me sentí mucho mejor”, dice la joven quien el mes pasado obtuvo el estatus de refugiada. Gracias a esto recibe un poco de dinero que aunque no le alcanza para arrendar una vivienda, sí destina una parte para seguir ejercitando su cuerpo.
Negzzia no pierde la esperanza de poder dedicarse al modelaje por lo que pasa de casting en casting con la firme convicción de que tarde o temprano logrará su objetivo.