Gastó $29 millones en cirugías para ser «igualita» a Barbie
Es común que alguien admire a algún artista, un caricatura, un personaje o cualquier cosa, pero ya querer convertirse en este es como mucho ¿cierto?
Es común que alguien admire a algún artista, un caricatura, un personaje o cualquier cosa, pero ya querer convertirse en este es como mucho ¿cierto?
Rachel Evans es una mujer inglesa de 48 años que tiene un objetivo en su vida que es nada más y nada menos que ser la persona más parecida a Barbie, la muñeca de plástico que sigue arrasando en todo el mundo. Para lograrlo ha gastado cerca de 35.000 libras (29 millones de pesos) en intervenciones, lo que ha llevado a cabo en los últimos 20 años.
En su país ella es conocida como la “Barbie Humana” , logrando el interés de los medios de comunicación en los últimos años. Sin ir más lejos, son sus apariciones en la prensa y redes sociales las que le permiten costear sus operaciones.
Actualmente pesa poco más de 50 kilos y su talla de pantalón es 36. Acaba de salir de su cirugía número 105, por la cual pagó cerca de 500 libras (425 mil pesos chilenos).
En entrevista con el diario inglés The Sun afirmó que uno de los objetivos en su vida es ser lo más parecida posible a la popular muñeca.
“Quiero ser la mujer más plástica del mundo para cuando tenga 50 años. Me inspiro en la línea de la canción de Barbie Girl, ‘La vida en plástico, es fantástica’, ese es mi lema de vida”, explicó.
Según elle misma dice, sus cambios comenzaron cuando ella había cumplido 30 años. Lo primero que realizó fue un implante de bótox en sus mejillas y labios. “Fue una gran manera de borrar lo feo que veía en mi cara”, indicó.
Aunque, de acuerdo a su relato, las comparaciones con la muñeca vivieron cuando decidió teñir su cabello y pasar a lucir un rubio más claro. Junto con eso, revela, tuvo una especie de señal al leer uno de los lemas de Barbie: “Las niñas podemos hacer cualquier cosa”.
Luego vinieron más cambios que incluyeron rellenos de bótox en labios, un trabajo de nariz no quirúrgico, lifting facial e implantes de senos, pasando de una talla 30A a una 30DD.
“La mayoría de la gente tiende a ir por los implantes que tienen forma de ‘gotas de agua’ porque se ven más naturales, pero yo los quería como si estuvieran pegados a mi cuerpo, como los de Barbie”, admitió.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Rachel Evans Barbie (@rachel_evans_bikini) el
A esto sumó su última cirugía, realizada en mayo pasado, la cual consistió en un levantamiento de diversas partes de su cara por medio de hilos especializados.
El origen de esto es el acoso del que fue víctima en su adolescencia:
Lo cierto es que todos estos años de cambios físicos para Rachel se originaron a raíz de hechos traumáticos que vivió en su adolescencia, etapa en la que sufrió de acoso escolar.
“Fui acosada en la escuela por cómo me veía. Estaba pálida, flaca y solía llevar peinados feos. Los otros niños me decían: ‘Pareces una muñeca de porcelana y quiero romperte la cara’. Así es como me rompí la nariz”, recordó.
Tras dejar el colegio vivieron años de meditación en torno a su físico y aspecto. A eso agregó que llegó a vestirse como hombre para esconder sus supuestas imperfecciones.
“Me vestí como un niño para ocultar el hecho de que parecía una muñeca. Solía comprar toda mi ropa en tiendas de caridad”, recordó al citado medio.
A lo que añade: “Me sentí como un fenómeno. Estaba tan incómoda con mi piel que incluso pensé seriamente atentar contra mi propia vida”.
Para Evans, su cambio en la forma de pensar se produjo en el momento que nació su hijo Rees, que actualmente tiene 17 años. En ese entonces, pensó seriamente en una forma para dar un giro a su vida.
“Siento que tener un hijo me dio un nuevo propósito en la vida. Pensé en ese momento: ‘Soy una madre ahora. Esto es lo que debo hacer”,sostuvo.
Tal como sostiene Rachel Evans, someterse a tantas cirugías en casi dos décadas fue una forma de “salir de una profunda depresión en la que me encontraba”.
Por estos días, ella misma asegura que se siente más segura con ella misma y su propio cuerpo, asegurando que no le molesta cuando se refieren a ella como la “Barbie Humana”.