Muchas son las personas que usan WhatsApp, por algo es una de las aplicaciones más populares en todo el mundo, pero definitivamente hay algunos que se «van en la volada» y no pueden dejar de revisar la app.
Si bien no existe un acuerdo científico sobre la existencia de una adicción a WhatsApp, miles de personas lo utilizan la a diario, motivo suficiente para tratar de identificar las conductas que podrían constituir una adicción.
Luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informara la existencia de una «adicción a los videojuegos» y en la era moderna la Nomofobia (adicción al celular), existe preocupación por quienes usan esta app.
Algo que sin duda determina estar frente a una adicción es que nuestro cerebro nos entrega una «sensación placentera» tras realizar o consumir el producto adictivo, algo que ocurre con el tabaco o el alcohol, pero también al leer los mensajes de WhatsApp.
Es importante comenzar por explicar que no todos los usuarios de la plataforma son adictos y no es WhatsApp lo que genera la dependencia: se trata de la naturaleza humana.
LA OBLIGACIÓN POR «REVISAR» LOS MENSAJES
Ojo que algo que nos mostraría que estamos enfrentando una adicción con esta app se manifiestan en un principio como alucinaciones o vibraciones fantasma.
A medida que crece el grado de dependencia pueden aparecer nuevas señales: Olvidar las horas de sueño, dejar de lado el cuidado personal y la alimentación, tener ataques de ansiedad al no poder limitar su uso y aislarse de interacciones con nuestro entorno directo.
Además se pueden presentar conductas disfóricas, insomnio, irritabilidad, aburrimiento, soledad, ira y nerviosismo; además de altos niveles de ansiedad, depresión, fatiga, alteraciones de concentración o memoria.
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Eso sí es importante recalcar que cualquier adicción debe ser diagnosticada por un experto, pero como usuarios de WhatsApp podemos permanecer atentos para saber cuándo es necesario acudir al médico por una posible dependencia a la plataforma de mensajería.
¿Qué opinas? ¿Conoces a alguien que podría ser «adicto» a WhastApp?