¡No solo los adultos sufren de estrés, los niños también! Los psicólogos, confirman que los más pequeños también sufren esta enfermedad y que cada vez se vuelve más común por la acelerada vida de los padres.
Cuando los más pequeñitos se enfrentan a períodos de cambios o adaptaciones. Tienden a sufrir ansiedad y tensión por lo mismo se comportan de manera diferente y no saben como reaccionar.
Pero todos los niños son diferentes, por lo que existen varias formas de detectar el estrés:
Factores emocionales y de conducta
Sensibilidad – Temor – Poca confianza en sí mismos – Preocupación innecesaria – Tristeza – Ansiedad – Indiferencia – Despistados – Bajo rendimiento escolar – Son exigentes y desafiantes – Su temperamento se exalta – Comienzan a molestar a otros niños.
Síntomas Físicos:
Lloran sin causa alguna – Están sudorosos en las palmas de las manos – Padecen de dolores de cabeza y de estómago – Se arrancan el cabello, se muerden las uñas – Pueden orinarse – No duermen bien, tienen pesadillas.
El estrés puede ser un factor para el desarrollo de la ansiedad y la depresión en los niños. A partir de los 3 años y hasta los 6 aproximadamente, existe una gran desarrollo neurológico que podría verse alterado por padecer estrés excesivo.
Aquí te daremos cuatro consejos básicos para evitar el estrés de los niños:
1. Ayúdale a buscar soluciones a sus problemas por más pequeños que sean. Es importante guiarlos por el camino correcto.
2. Normaliza el estrés. Busca cuentos en los que los protagonistas pasen por períodos de estrés y ver cómo lo solucionan. Así tu hijo podrá ver que hay soluciones.
3. No discutas delante de tus hijos. Si vas a tener una conversación que implica discusión intenta no tenerla cuando estén tus niños presentes.
4. Dile que no es su culpa. Los niños suelen pensar que tú malestar es culpa suya. Deberías hacer que sienta que él no tiene nada que ver y que solo te vas a centrar para sentirte mucho mejor