Por años Rebecca Hamilton tuvo que soportar las burlas de sus compañeros en el colegio, quienes la llamaban «bulldog», ya que creció con un problema en la mandíbula y en los dientes que le impedía cerrar la boca.
Pero para Rebecca no era solamente un problema con su apariencia, sino que tampoco podía comer como toda la gente, ya que alimentos como hamburguesas o pizza le eran físicamente imposibles de morder.
Y tras años de sufrimiento, la joven de 23 años finalmente decidió someterse a una cirugía que le permitió tener una vida normal, consiguiendo una impresionante transformación.
En entrevista con The Sun, Rebecca comentó que «fue terrible, no creo que la gente lo entendiera en absoluto» y luego agregó «No solo tenía problemas en la mordida inferior, también tenía dientes separados. Recuerdo que la gente me arrojaba dinero en los pasillos de la escuela y me decía que usara el dinero para arreglarme los dientes».
«La mayor limitación que tenía sobre mí era mi salud mental. Esta es la peor parte de tener este problema» comentó y añadió que este fue uno de los motivos que la llevó a someterse el 2016 a una operación sencilla pero muy dolorosa, que sin embargo cambio su vida y la transformó por completo.