A María Butina las autoridades de Estados Unidos la acusan de ofrecer sexo a cambio de ventajas en una operación de espionaje, estrechar lazos con un grupo de lobby de armas y realizar prácticas engañosas para forjar lazos. influyentes. Todas estas técnicas, según la inteligencia norteamericana, para espiar en el país.
La rusa de 29 años concurrió a la sala de un tribunal federal de Washington, por el delito de conspiración contra Estados Unidos y acusada de desempeñarse como agente externa para una potencia extranjera, sin autorización previa.
A pesar de que la acusada negó los cargos, los documentos oficiales de la investigación lograron convencer al tribunal que terminó por dejarla en prisión bajo el argumento de su inminente riesgo de fuga.
En 2015 Butina viajó a Washignton con visa de estudiante. Aseguraba que su intención era cursar un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad Americana, pero para la inteligencia estadounidense no era más que un pretexto, por lo que comenzaron a seguirle el paso, recoge La Cuarta.
Según un reporte del FBI, en 2013 inició una relación por internet con un agente político norteamericano, con quien llegaría a convivir en Washington. Sin embargo, los investigadores aseguran que el romance era solo un trámite dentro de la supuesta operación de inteligencia.
La acusación se basa en un intercambio de mensajes, en los que habría ofrecido servicios sexuales a uno de sus interlocutores a cambio de un cargo en una organización de influencia.
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