La mujer convenció a todos que iba a morir, pero era una mentira para conseguir dinero e irse de vacaciones.
Hay mentiras mucho peor que otras y sin duda la que inventó Hannah Dickenson lidera ese infame ránking. La australiana convenció a todos que iba a morir a causa de un cáncer, se gastó las donaciones y ahora deberá pagar tras las rejas.
Corría el año 2013 cuando la joven se reunió con sus padres para comunicarle una terrible noticia, había sido diagnosticada con un cárcel terminal y que el único tratamiento para poder combatirlo estaba Tailandia y Nueva Zelanda.
La noticia fue devastadora, pero sus padre de inmediato se organizaron para iniciar una campaña y reunir los 30 mil dólares que supestamente costaba el tratamiento que le podría salvar la vida.
La campaña se hizo tan conocida en la ciudad de Melbourne, que rápidamente lograron reunir el dinero. Incluso, una persona que había superado la misma enfermedad, donó la cifra más grande: más de 7 mil dólares. Al final pudo reunir cerca de 32 mil dólares, con los que dejó Australia para partir rumbo a Tailandia.
Pero no era más que una gran mentira. Fue a través de Facebook que todos se enteraron que Hannah los había engañado. La australiana comenzó a mostrar fotos y videos en los que se podía ver como se fue gastando el dinero de las donaciones en drogas, alcohol y estadía en hoteles.
Fue una de las personas que había donado para la campaña quien se percató que la supuesta enferma de 19 años, aparecía en todas sus fotografías bebiendo alcohol, así que no dudó en denunciarla con las autoridades, consigna The New York Post.
A cinco años del engaño, Hannah regresó a Australia convertida en una agente de bienes raíces. Pero la policía la estaba esperando para detenerla por el delito de estafa, siendo condenada a tres meses de prisión, 150 horas de servicio comunitario y el compromiso de someterse a un tratamiento contra las drogas.
Fotos: Facebook.