Hizo dietas y ejercicios extremos para igualar a las modelos de Victoria’s Secret, pero constantemente fue rechazada por las agencias.
El mundo de la moda es duro, a veces injusto, pero sobre todo cruel con las personas que no cumplen con sus cánones de belleza. El hecho de estar delgado, incluso a veces bajo peso, es premiado por muchos diseñadores.
Maggie Greene, de 19 años, siempre había soñado ser modelo y para cumplir su deseo, hizo dietas y entrenamientos extremos como los que usan las ángeles de Victoria’s Secret. No le fue bien, la rechazaron, porque siempre le decían que debía adelgazar aún más.
Por esta razón no comía más de 900 calorías por día, siendo que una mujer debería comer al menos unas 1.500. Entrenaba tres horas al día, se pesaba cada mañana, pero nunca fue aceptada.
Pasaron dos años y Maggie se cansó de todo. Hace un tiempo compartió una foto de cómo estaba antes y cómo luce ahora, después de ganar peso.
Pero no todo fue tan malo. Con su nueva figura, hubo una agencia que sí se interesó en ella: Wilhelmina, de New York.
«Me ofrecieron un contrato si yo aceptaba aumentar el peso que había perdido, para sumarme a su grupo de modelos con curvas», escribió Maggie en Harpers Bazaar.
Fue así como decidió cambiar su estilo de vida. «Seguí comiendo saludable y entrenando, pero me negué a contar las calorías de lo que comía y a pesarme. Pronto, comencé a volver a mi peso naturalmente, poco a poco», cuenta la modelo.
La muchacha dejó de ser esclava de la balanza y cuenta que subió entre 13 y 15 kilos en este proceso. Ahora se desempeña como modelo de talla grande y sus fotos confirman que debe sentirse orgullosa de su belleza.
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