Eso pensó un lolo. El cabro pilló a uno de sus amigos “echando la corta” y, por la espalda, hizo lo que más de algún maldadoso pensó: empujarlo al agua. Pero las cosas no siempre salen como uno piensa y la supuesta víctima fue más inteligente. Aquí te dejamos el videíto con el desenlace de la broma.