El lolo tiene 23 años y llegó a la capital desde Rancagua para estudiar Ingeniería. Pero como todo chileno, el pasado 20 de junio, empezó a ponerle bueno pa’l partido de Chile-Bolivia. En un momento de locura se subió a la baranda del balcón y, para mala cuea, apagó tele.
De ahí vino lo peor: se cayó a una altura de 40 metros y chocó con un tencho de zinc en los estacionamientos. Cualquiera se va pa’l patio de los callados altiro, pero Sebastián tiene más vidas que un gato y sólo terminó con una fractura de pierna y cadera, dos veces no la cuenta.