En el nuevo hábitat el pequeño marsupial fue bautizado como Roger y de a poco agarró un gusto por la mocha. Como los canguros son buenos para irse a las manos entre ellos, el nuevo huésped quedó encantado con la actividad física.
Han pasado nueve años desde que Roger fue llevado al criadero y hoy luce como todo un fisicoculturista. Este canguro mide dos metros, pesa 90 kilos, es toda una sensación en Australia y no tiene nada que envidiarle a Manny Pacquiao o Floyd Mayweather.
La gente que visita el lugar aprovecha de grabar al animal, quien tampoco le hace asco a las fotos y posa encantado para mostrar los bíceps y pectorales, así quien no pues.
Barnes, el papá postizo de Roger, cuenta que el animal se la pasa todo el día con el kickboxing y también tiene un entrenamiento especial: perseguir al director del santuario como juego. Claro que el canguro también se las dio de macho alfa y, según cuentan los cuidadores, no deja que nadie moleste a las hembras.