Como la afectada tenía que ir a buscar a los niños, el malvado hombre la acompañó para luego regresar a la casa con la mujer y los pequeños. El secuestrador el quitó el teléfono a Cheryl, pero ella convenció al novio de que le devolvieran el celular para pedir una pizza porque tenían demasiada hambre.
El secuestrador accedió. Ahí estuvo el gran error porque en ese instante Cheryl aprovechó de alertar a los funcionarios Pizza Hut sobre el peligro que corrían ella y sus hijos.
El novio se dio cuenta del mensaje y le quitó el teléfono. Pero fue tarde, los operadores del local, al darse cuenta de que algo no andaba bien, llamaron a la policía. Estos acudieron al lugar de los hechos y detuvieron al malvado hombre mientras que Cheryl y sus hijos resultaron ilesos.
La solución que buscó Cheryl no fue tan descabellada porque la pizzería tiene una opción donde se puede discar el 911 ante cualquier emergencia.