Esta abuelita se puso a bailar beatbox en la calle y la rompió
La viejita andaba igual de prendida que la Tencha y, al escuchar el ritmo, no pudo parar de mover el esqueleto. Le llovieron los piropos.
Una viejita paseaba con su perro por el Grand Place de Bruselas en Bélgica. Todo normal, la anciana iba a paso lento con el quiltro mientras disfrutaba del día. Pero un ritmo cambió el panorama y la dirección de la viejuja. Todo por un músico callejero que le metió onda con el sonido del beatbox y una armónica.
La abuelita se puso igual que la Señora Hortensia y prendió como pasto seco. Paró al lado del músico y empezó a mover el esqueleto como si estuviera en medio de una pista de baile. Dio lo mismo, la anciana se peinó con los pasos y, con las enérgicas meneadas de cola, dejó marcando ocupado a la gente que pasó alrededor. Todos pararon y aplaudieron a la vieja bailarina.