A veces simplemente hay que escuchar a la madre naturaleza. Es cosa de ver lo que le pasó a estre granjero en Rusia. El hombre quiso arrancar con su tractor un pino y como castigo se llevó varios paipes delàrbol.
Tras los golpes el granjero intenta con más fuerza arrancar el árbol pero la cosa fue imposible porque las ramas estaban demasiado aferradas al suelo. El tractor, incluso, llegó a levantarse por la fuerza. No hubo caso.