Pero lo que está de moda en Japón llegó a lo freaky. Se trata del “Bageling”: cabeza de bagel o dona, procedimiento donde una persona se inyecta entre 200 o 300 cc de solución salina en la frente para luego ser moldeada y dejar la intervención como una rosquilla.
El procedimiento fue inventado por Jerome Abramovitch en Canadá y tarda unas dos horas en realizarse. Lo único bueno es que la locura no es permanente, a las 24 horas desaparece por completo y no existen riesgos de daño en el cuerpo humano. Pero como todos los excesos son malos, el uso de solución salina que no sea medicinal puede generar deshidratación extrema.