No hallaron huesos de dinosaurios, tampoco el cadáver de una momia, lo que apareció fueron masas de croissant y un pretzel que, según los expertos, llevaban 250 años enterrados.
“Durante mis 30 años en el negocio nunca encontré un objeto orgánico”, dijo Silvia Codreanau-Windauer quien trabaja para la Oficina de Conservación e Históricos Monumentos. Según los expertos las roquillas se prepararon entre 1700 y 1800. “Es una sensación arqueológica”, agrego Silvia.