Dicen que cuando uno se ríe solo, de sus maldades se acuerda. Entonces este broca cochi parece que alguna pillería hizo, su risa es demasiado contagiosa, igual a la de un loco piteado.
El pendex está muy tranquilo hasta que sabe que lo graban. Ahí la suelta toda hasta que le dan ganas de hacer pucheritos. De igual forma la alegría del nene es contagiosa y más de uno puede mearse de la risa con él.