Todo partió por una enfermedad degenerativa. Poco a poco Allen Zderad fue perdiendo la vista hasta que se fue a negro. Pero gracias a un implante ocular, realizado en la Clínica Mayo de Estados Unidos, el paciente nuevamente vio la luz tras 10 años de espera.
La reacción de Allen es cuática: quedó más contento que perro con dos colas, al igual que su mujer y familiares que lo acompañaron cuando le realizaron los chequeos para ver el resultado de la gauchada que le hizo el doc.