Nada de tonto el cabro, pero la pillería le duró hasta que el doctor Sebastian Kent empezó a sospechar de él y llamó a la policía. “Lo primero que pensé fue ‘me estoy volviendo muy viejo, porque año a año estos doctores se ven cada vez más jóvenes», dijo el ginecólogo.
Cuando llegó la policía a detenerlo, el joven insistió en que era doctor hace años, pero obviamente todo era mentira. No está claro si el cabrito atendió algún paciente, pero en el hospital se hicieron los tontos y no presentaron ninguna denuncia contra el falso doctor. Según la mamá del joven, todo fue porque el cabro de 17 años no se había tomado los remedios.