Y bueno, considerando su estado, podría llegar a entenderse, pero lo más raro de esta historia no es esto, si no que un año después de haber dado a luz, esta curiosa necesidad no sólo no ha desaparecido sino que ha ido en aumento, y su dosis diaria es generalmente un rollo al día.«Me gusta la sensación de tener esa textura en la boca», ha explicado Jade.
Aunque no se sabe con exactitud, los médicos creen que lo que le ocurre es que sufre un trastorno conocido como «Pica», que es el padecen todas aquellas personas que consumen compulsivamente cualquier tipo de sustancia no nutritiva, como otros casos conocidos, donde la gente siente la necesidad de comer tiza, tierra, bicarbonato, ceniza o pegamento, o sea «alimentos» que no sólo no aportan ningún valor alimenticio, sino que por si fuera poco, son perjudiciales para la salud.