El perro, fue un regalo de su ex y cuando el animal tenía dos años, se escapó del jardín de la casa y nunca regresó. A pesar de que tenía microchip y que recorrió clínicas y perreras buscando a su mascota, no lo encontró y pensó que alguién lo encontró y decidió quedárselo. «Siempre creí que seguiría vivo», señaló Williams.
En efecto, una familia lo había recogido y hasta le pusieron un nuevo nombre, «Cocoa», pero debido a que no dejaba de escaparse, decidieron entregarlo a un refugio, donde los trabajadores de la protectora notaron que el microchip se había movido de su sitio original hasta la pierna, y gracias a esto, supieron quien era su dueño y lo llamaron. Tras esto y apenas Titan vio a su dueño y comenzó a saltar y menearse, punto que costó mucho sacarles una fotografía porquem no paraba de moverse.
Ahora el animal vuelve a estar junto a su dueño, y otros dos perros que habían llegado en los tres años que estuvo desaparecido. «Hasta ahora se ha portado bastante bien. Ojalá que no sea un escapista. Sólo el tiempo lo dirá«, asegura Williams.