Esta historia parte cuando ella se fue de vacaciones a Provenza (Francia) con el minino, y dentro de este tiempo de descanso, el animal desapareció. Las vacaciones de Bouchery duraron aproximadamente tres meses y durante ese tiempo hicieron todo lo posible por intentar encontrarlo, pero no apareció por ninguna parte.
Luego de un año y medio el gato fue localizado en una clínica veterinaria a 35 kilómetros de su casa, después que una mujer lo llevó muy sucio a hacerle un control, y ahí detectaron que tenía un chip identificador. A pesar de esto, ella aseguraba que era su mascota, por lo que se negaba a devolverlo a su dueña y hasta debió intermediar la policía para que, finalmente, volviera a su casa en Normandia.
«Como los gansos salvajes, creo que se fue guiando por las estrellas, andando de noche y durmiendo de día. Es un gato extraordinario. Siento admiración por lo que ha hecho», señaló Dan Bouchery sobre su mascota.